Terciopelo imprevisible, con una personalidad sorprendente e iridiscente. En su versión acanalada, con un encanto suave y ligeramente retro, evoca visiones de moda masculina intelectual, que recuerdan la cálida elegancia del caballero frente a la chimenea o las sugerencias setenteras que nunca han pasado de moda. En su sofisticada interpretación lisa, da lecciones de estilo a cada atuendo, añadiendo profundidad y carácter a la americana, lujo al esmoquin, una mano suave y efectos de luz al color. Con un pasado de vida cortesana, de viajes por la Ruta de la Seda desde Oriente a Europa, el terciopelo es un tejido que roba inmediatamente el protagonismo en el armario masculino para afrontar la estación fría con estilo. Tanto si el ambiente es relajado y doméstico como refinado y superchic, el terciopelo sigue siendo la opción más popular para vestir las próximas fiestas.

VELVET LIFESTYLE

Tan cómodo y otoñal, el terciopelo se propone como la alternativa refinada al denim en los looks más informales. La camisa de canalé fino en terciopelo de algodón puro, en las profundidades del verde o el azul, opta por líneas estilizadas, bolsillos de parche y botones de poussoir en el mejor estilo casual. Los pantalones de canalé con cinco bolsillos son la combinación perfecta de elegancia y ponibilidad, también gracias a la mezcla de algodón y elastano para el máximo confort en el día a día. Una amplia paleta de colores, desde los especiados a los clásicos y naturales, mantiene a raya el aburrimiento y permite todas las combinaciones, desde blazers hasta jerséis de cuello alto acogedores y chic.Imperdible en la colección Otoño-Invierno de Gutteridge es la chaqueta acanalada de doble botonadura con anchas solapas de pico, de gusto casual y refinado, en los matices del denim papel de azúcar y burdeos.

WINTER PARTY

Suntuoso, lujoso y mágico por su capacidad para jugar con la luz, el terciopelo es la estrella de los trajes de fiesta. En la chaqueta de esmoquin de botonadura sencilla, la profundidad del suave terciopelo de algodón se combina con el brillo satinado de las solapas, los bolsillos y los botones para una prenda que se desmarca del clásico esmoquin tradicional. Protagonista perfecta de un impecable conjunto de fiesta, también puede llevarse con indiferencia, minimizada por una simple camiseta.